Hola a ebribadi.
Uf, hace cuánto que no tipeaba esta frase castellanizada por mí. Me prometí a mí mismo retomar el blog y retomar el contacto con todos los seguidores que logré conseguir. Creo que me ocurrió lo que a muchos, casi por decantación natural: agotamiento de ideas, falta de constancia, fin de ciclos, y la irrupción de facebook y luego twitter.
Acá estoy, sentado frente a la pc luego de rediseñar mi sitio para darle otro toque. Revisé los blogs que seguía y vi que todos se renovaron; otros que cerraron; otros que quedaron abandonados. Seguramente la culpa la tiene twitter, que con su poder de síntesis e inmediatez logró que todos se hagan más ansiosos y bueh, esto del blog quedó para quienes tienen más ganas de desarrollar a fondo una idea, plasmar sus inquietudes literarias sin pasar por las editoriales y largar más el rollo.
Bien, del 2012 que se fue hace 40 días me quedaron demasiadas cosas para contarles. Muchas veces amagué contarlo acá pero me frenaba. Prefería contarlas en el face a mis amigos y familiares en vez de contarlas a los blogueros y a quien quisiera pasar a darse una vuelta por mi espacio. Ahora que esos amigos no me dan tanta bola en el face, prefiero volver a expresarme por acá y que ni se enteren de algo.
No lo merecen.
Con respecto a este polémico año del número yeta (y entro en el tema principal, siempre lo mismo yo, me voy al carajo por las ramas y tardo en volver al eje principal de la conversa) veremos si hace honor a su fama de funesto, porque lo que fue 2012, va a ser difícil superarlo en todo contexto y sentido.
Veremos.
Bye.
Chris
No hay comentarios:
Publicar un comentario