sábado, 28 de diciembre de 2013

LA VI OTRA VEZ (Y LA TIERRA NO SE MOVIÓ)

Hola a ebribadi.
Parece mentira que después de casi 2 años de tener este espacio abandonado, se me de por recurrir a él nuevamente.
Pero me da las ganas, qué va.

Bien, quería contarles una situación que viví a principios de noviembre.
Andaba por Padua, caminando al volver del trabajo, cuando me crucé con un antiguo amor. Vaya cosa, hace bastante que no la veía.
Casi que nos chocamos encima. Ella mirando vidrieras y yo mirando la hora. Al levantar las vistas, fue inevitable el decir a dúo "¿qué hacés por acá?", y las risas y el saludarnos después de tanto tiempo de haber cortado la relación. Fue raro verla (y supongo que para ella también) y volver a hablarle.
Casi que fueron las preguntas de rigor y protocolo al paso. Que cómo andaba mi vida (supo de mi matrimonio y mis hijos) y cómo la suya (supe de sus relaciones frustradas y su tiempo sola).

Estos énfasis no son para mandarme la parte de que a mí me fue mejor, es lo que pasó realmente en estos años.

Y ahí nomás me lo dijo
-Estoy en pareja de nuevo hace unos meses, con todos los porrazos que me di en estos años si no aprendí, no aprendo más. Voy tranqui, si da para otra cosa y hasta para hijos, será y si no, es que no es-
-¿Cambiaste en serio?-
-No me quedó otra, me quedaba soltera de por vida, jajaja-
La miraba y la encontraba físicamente igual que cuando estuvimos juntos, se mantiene muy bien. Tal vez en la cara se le marcaban los 39 años (los mismos 39 que yo) y esperanza en la mirada, algo que había perdido la última vez que la vi.
La conclusión en sí es otra: es raro estar frente a una mujer que en otro momento de mi vida me hizo vibrar, me hizo levantar temperatura con la mirada nomás, me hizo soñar hasta el delirio, me desveló, y me desvastó al llegar el final. Se puede decir que pasaron muchos años y los años destruyen los vínculos si no se mantienen, y para eso no hay excepciones. Estaba ahí contándome de su nuevo novio, y ella escuchando de mi vida en familia, preguntando por mis hijos.
Al final nos pasamos los números de celulares.

Ahora que pasaron casi 2 meses de ese encuentro, la pregunta es otra....

¿Para qué nos pedimos los números si sabemos que no nos vamos a llamar?

La respuesta es contundente: la puerta se cerró hace rato, tenemos la llave y no la abrimos.
Duelo superado.

Bye.
Chris.


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