como un pañuelo descartable
no hay demasiados escondrijos
como para no encontrarte.
No te busco porque no quiero
por ahora mejor así
sigamos distanciados
pero hasta cuando yo decida que no.
No te sirve hacerte invisible
puedo verte desde donde quisiera
y olerte a miles de leguas
no tienen sentido tus boludeces de nena.
Más te vale que prepares un buen discurso
e infinitas, estúpidas excusas decorosas
hartate de llorar en tu pieza
que me verás volver sin tristezas.
Te fuiste y te lloré hasta ahogarme
pero me cansé del ridículo:
debo de decirte que aún como puedo vivo
y volveré a perseguirte hasta asfixiarte
y a vengarme... he dicho.
(15 de Agosto de 2009)
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