Saben, ví buenos recitales en mi vida.
A Soda en el Gran Rex en 1991, en el pico de la ola de Canción animal.
Los ví de nuevo en la 9 de Julio en Diciembre de ese año.
A Charly en Puerto Madero en 1999.
A Nito Mestre en la playa de Pinamar allá por 1982.
Roque Narvaja también en Pinamar pero en 1984.
Los de Fabi Cantilo ya saben, ya les conté.
Memphis en la plaza de Merlo en el verano del '99.
Pero... hubo uno realmente inolvidable por lo horrible.
Fue un 24 de Octubre de 1995. Cumplía 21 años, festejaba mi ingreso a la adultez, y mi amigo Caito (pobre gordo, ni lo nombré casi) me invitó a pasear ese día. Nos fuimos a Much Music al acústico de La Portuaria. Prometía, venían del exitazo de Devorador de corazones (¿se acuerdan? Selva, Nada es mejor, nada es igual) y presentaban Huija. Llegamos y había cada minita. No sabíamos adónde mirar!.
Arrancó el show. Tocaron Ruta... bueh, ese andaba por las radios. Después ni uno solo conocido. Para colmo lo que vino era aburridísimo, ellos solos disfrutaban, los que fueron al recital bostezaban. Caito se me acercó al oido y me dijo amablemente.
-Vamos porque sino te cago a trompadas, son horribles estos tipos-
Nos fuimos a mitad del recital. Cómo puteamos esa tarde, a mí me había agarrado sueño de lo malo que era. Terminamos en un cine de Lavalle mirando "Tumba al ras de la tierra". ¡Qué buena peli!. Eso fue lo mejor de la salida. Hasta el día de hoy Caito se acuerda más de la peli que de La Portuaria. Cuando escuchamos a Frenkel y cia. nos acordamos y nos reimos.
-Por qué no tocaste esta, hijo de puta, que te hacías el experimental esa tarde!!- repite Caio. O las dos mellizas que estaban a nuestro lado. Terribles conchetas con lomazo infernal.
Me acordaba hoy de ese cumpleaños y quise compartir la anécdota.
Bye.
Chris.
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