jueves, 19 de marzo de 2009

CARTA PARA AYELÉN MELINA

Ayelén: 
            Hola mi princesa. Espero que estés bien. Verdaderamente ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que te ví (25 de Agosto de 2006 en el juzgado de Morón). Creerás que me olvidé definitivamente de vos, que ya no quiero verte ni buscarte ni nombrarte ni nada de nada. Será tu deseo, no hace falta que me expliques demasiado.
936 días ...
Esa es la cuenta que llevo desde el día citado. Sé que han pasado cosas importantes en todo este tiempo. Nacieron tus tres hermanos, te hiciste mujer, dejaste la niñez y entraste en la adolescencia.
Yo, bueno... empecé la facu, conocí muchas amigas a las que le hablé de vos, me quedé sin laburo, volví con Esteban, me echó Esteban y ahora estoy trabajando de nuevo en una imprenta. Con los estudios me va bien, tengo 6 materias aprobadas. Son 23, faltan 17, algo es algo. Tus hermanos me sacan canas verdes pero son lo más. Hacen más quilombo que la barra brava de Boca!!!.
No es gran cosa mi vida: vivo en casa casi, ni veo a mis amigos, ya ni voy al cyber desde que hay internet en casa. Aparte al cyber lo asaltan a cada rato. Solamente voy a la facultad, es mi única salida.
No tengo mucho más para decirte. Con tu madre vivo peleando por una cosa o por otra. Debo decir la verdad, desde que te fuiste que vivimos peleando por hache o por be. Parece que al no estar vos, no nos quedó de qué hablar...
Pero ni te interesa ¿verdad?. 
El barrio se puso muy peligroso, la verdad es que debí pensar seriamente en vivir en Castelar como querías. Hay mucha falopa, muchos robos, a mí me da cagazo andar solo, ya no es seguro como antes. Y las juntas ¡¡por Dios!!. Ni un pibe como la gente casi. En algo estabas acertada: este barrio no es lindo para vivir.
¿Cómo anda todo por ahí?. Supe que  murió el viejo Tito, que se mudaron varios y vinieron otros varios vecinos nuevos. Extraño mucho Castelar. TE cagarás de la risa pero es verdad, decía que era aburrido, que no podría vivir con tu abuela porque a los 2 días volaban los platos ( no me gusta que se metan en mis decisiones, y menos que hipotéticamente se metiera en la crianza de tus hermanos. Arde Troya) pero me encantaba pasear por Avellaneda, Carlos Casares, Arias, la estación, la plaza frente a las vías. Y me gustaba estar en la casa de tu abuela, sobretodo esa última época que pasaba el fin de semana completo hasta que llegó Iván. 
No voy a entrar en detalles repetidos. Esta carta no tiene como fin echar culpas por las cosas que pasaron. Simplemente quiero reflexionar un poco y llegar a algo claro. 
Si tus abuelos tuvieron poco o mucho o todo que ver en esta separación, es tema para otra carta. A mí me interesaría escucharte a vos, jamás tuviste el valor de decirme en la cara qué pasaba por tu cabeza. 
Eso ya no corre por cuenta mía.

Me equivoqué y demasiado. Todos los malditos días de mi vida desde hace 3 años me pregunto "¿cómo pude dejar que se me vaya de las manos Ayu?" Cómo es que pude confiar en quienes en realidad me estaban cagando a mis espaldas. Cómo puede ser que se encaprichen en echarme la culpa de todo. No tengo respuestas, las busco y Dios me dice "están frente a tus ojos, no sabés mirar a la gente".
Te extraño a horrores. Los programas que mirábamos juntos, los juegos, las caminatas, las salidas a comprarte ropa, las charlas sobre todo. 
Creí que convivir todos los días iba a ser más facil. Hoy me doy cuenta que convivir conmigo es dificil, fueron muchos años solo sin cariño. No sé estar en compañía, tal vez te eché inconcientemente porque no me banco estar acompañado. Me asusté de lo que iba a venir. 
Sé que necesito un psiquiatra urgente. Si sigo así me voy a hartar de mí mismo y voy a lastimarme pero de verdad. Si soy incapaz de perdonarme a mí mismo ¿a quién?
Quiero que sepas que jamás quise lastimarte. 
Quiero que sepas que pese a todo no puedo dejar de quererte.
No puedo olvidarte, cómo olvidar a un "hijo".
Tené en cuenta que por cualquier cosa siempre podés contar conmigo.
Es duro para mí escribir estas cosas, estoy bajando la guardia y quedo como un pelotudo en serio. Ni siquiera importante.
De algo estoy seguro: jamás en mi vida había sentido un amor tan puro y sincero como el que sentí (y siento) por vos. Te ví esa tarde y me dije "esa es la hija con la que siempre soñé". Tal vez me quedó demasiado grande la responsabilidad de cuidarte, educarte, protegerte, y perdí. Perdí lo  que más amaba en la vida. Porque el amor de pareja puede morir, pero amar a los hijos... eso no muere nunca. Y te digo que los quiero a los 4 hermanos por igual. No quería que fueras una Cabrera por una cuestión de dominio o por un disparate. No quería diferencias entre ustedes, ni que te discriminen por llevar otro apellido. Todo lo tuve en cuenta. Jamás quise dar explicaciones a nadie, no me gusta.
Estoy mal, volvés a mi cabeza y me desespero de no estar juntos, no abrazarte, no poder aconsejarte en esta edad dificil, con tanta falopa y choreo. Me dan ganas de llorar por lo que perdí, soy un boludo. Sé que no querés verme, eso me pone peor. no darme la oportunidad de volver a empezar de cero y reestablecer el vínculo de padre e hija que alguna vez tuvimos. Sé que lo tuvimos, se perdió por varias cosas mal hechas pero estamos a tiempo de empezar. 
Quisiera pedirte perdón por todo, es humillante para mí, pero lo necesito para mi conciencia. Si Dios quiere que vivamos juntos los 6 alguna vez, que sea con todas las cuentas cerradas. 
AYELÉN, TE QUIERO CON TODO MI CORAZÓN.
OJALÁ PUEDA VERTE DE NUEVO Y DARTE UN ABRAZO TAN POSTERGADO.
Y SECARME LAS LÁGRIMAS EN TU HOMBRO. 
PERDONAME, NUNCA QUISE HACERTE DAÑO. 
Cuidate mucho.
Un beso.

Christian ("papá")

que los demás se regodeen con mi arrodillada, hice lo que sentí. 

Bye.
Chris-

2 comentarios:

Psicoloca dijo...

Cuanto huevo!
Bien ahi!
EXITOS!!

Anónimo dijo...

Para un poco chabòn, vos lo sentiras asì pero no es TU hija. Y la nena lo sabe.

MINUTO A MINUTO!

Buscar este blog